¿POR QUÉ SE COMBINAN ACTIVIDADES DE SALUD MENTAL CON EL TRATAMIENTO CONTRA LA DESNUTRICIÓN?
Ayudar a niños con desnutrición implica mucho más que alimentarlos. Sabemos que el grado de mejora de un paciente desnutrido depende en parte de su salud mental. La estimulación física y emocional es esencial para un correcto desarrollo de un niño, y los pequeños desnutridos a menudo padecen apatía o retrasos en las capacidades motrices. Cuando el niño ya no responde a la estimulación materna existe el riesgo de que la madre la preste cada vez menos atención. Buscamos mejorar la recuperación reforzando el lazo entre el niño y sus progenitores o cuidadores.
Los niños son muy sensibles
respecto a lo que reciben o no de sus padres o cuidadores. Un niño enfermo que
es ignorado tiene poca voluntad de sobrevivir.
La Organización Mundial de la
Salud ha mostrado que reforzar el lazo padre-hijo y dar apoyo psicosocial
durante el tratamiento de la desnutrición tiene un efecto positivo sobre la
recuperación. No solo eso, ya que si una madre se siente fuerte
psicológicamente le dará más atención a su bebé y eso lo ayudará a recuperarse
antes.
La mejoría de un niño que está
siendo tratado se puede ver tras unas pocas sesiones. También observamos un
progreso diferente de los padres que responden apropiadamente a las necesidades
emocionales de sus hijos y que disfrutan haciéndolo.
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